Un ejemplo claro del impacto ambiental sobre la flora y fauna es el caso del plomo que al ser arrogado a cuerpos de agua superficiales y absorbido por las plantas acuáticas o ingerido por algunos consumidores; como no es biodegradable, se fija y acumula en los tejidos de los organismos (zooplancton, peces) y se transfiere a los diferentes componentes de las cadenas alimenticias.
Sus efectos varían pero en general provocan alteraciones fisiológicas y cambios genéticos que repercuten nocivamente sobre la descendencia de las especies…
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